Preparado para empezar, nada más terminar.
Esa sa ha sido la tentación, y la sensación de hoy. Después de realizar todos los ejercicios que el monitor ha marcado, me encontraba aún con ánimos de hacer varios largo más.
Tienes los músculos preparados, la respiración acompasada, te has “sumergido” en tu papel de nadador y tienes, sin embargo, que salir de la piscina… ¡Ah que injusto…!
Ese es el momento en que yo me dedicaría a pulir el estilo, nadando a conciencia, marcando los movimientos como si se tratase de una kata de kárate o aikido, o como si fuese una cuestión de ballet o de algo similar.
En la espalda no tengo claro si he de sacar el hombro o no, por ejemplo, y muchas otras cuestiones que no he interiorizado o que realizamos mal los que nadamos por intuición.
Bueno, la verdad es que pese a todo, ha sido un día satisfactorio.
Es curioso eso que dices de la intuición. La intuición que llevamos de serie falla bastante nadando porque no hemos sido fabricados para sobrevivir en el medio acuatico, así que hay que intentar no hacerle demasiado caso :)
En espalda yo creo que si que hay que girar y sacar el hombro, al menos a mi si que me funciona y llego a hacer una piscina en 16 brazadas. Al estar inclinado hay menos superficie de rozamiento y mayor eficiencia, y si giran los hombros no tienes que forzar tanto el giro del brazo, así que menos lesiones también :)
saludos,
Canx.
Quizá tengas razón con la intuición, esa que viene de serie… jajajaja…